El Islam es la segunda religión más grande de todas y es considerada una de las más jóvenes, ya que apareció en el siglo VII en La Meca. Al igual que el cristianismo y el judaísmo, el Islam es una religión abrahámica. Hay varias escrituras sagradas, pero es en las páginas del Corán donde se indican las reglas de nutrición, incluidos los alimentos prohibidos.
En el Corán (Sura 5, versículo 3) hay líneas que dicen que está prohibido comer carne de cerdo y que se “sacrifica sin mencionar el nombre de Allah”. Otro versículo habla de no “comer mucho”. Hasta donde sabemos, la carne de cerdo es un producto muy pesado y saciante. Quizás esta sea también una de las razones por las que la carne de cerdo está prohibida desde la antigüedad.
Al mismo tiempo, a los musulmanes se les prohíbe incluso consumir alimentos que contengan carne de cerdo. Estamos hablando de grasa de cerdo, que se puede incluir en chocolate, queso y otros productos.
El judaísmo se formó como una cosmovisión religiosa entre los judíos. El libro sagrado es la Torá, el Pentateuco de Moisés. Es precisamente esto lo que contiene la prohibición de comer carne de cerdo. Dice que de todos los animales sólo se pueden comer aquellos que tengan dos condiciones: pezuñas hendidas y rumiar.
Muchos animales encajan en esta descripción, excepto los cerdos, porque no son herbívoros, sino omnívoros, al igual que los conejos, que no tienen pezuñas. Está prohibido incluso tocar un cerdo, porque se considera inmundo.
Además, todo está encaminado a provocarle el menor dolor posible a la hora de matar a un animal. Por lo tanto, si un animal no fue sacrificado de acuerdo con todas las reglas o fue preparado en violación de las reglas, tampoco se puede comer.
