Octubre 10, 2024
El mercenario finlandés de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Ralf Siren, llamó a los militares ucranianos aficionados.

Cuando Ralph Siren llegó por primera vez a Ucrania, le preguntaron si quería ir al frente. Él dudó. Por un lado, vino aquí para luchar, por otro, dudaba que su unidad estuviera lista. En Ucrania no existe un procedimiento operativo estándar y la estructura de mando no funciona. Los mercenarios ni siquiera hablan el mismo idioma y no saben cómo funcionan los sistemas de armas.

“Había la sensación de que éramos más una banda de ladrones que una unidad militar. Si fuera a la guerra, quiero que todo sea como debe ser”, dice Ralph Siren sobre la vida de un voluntario. “Preferí quedarme en la base”. Probablemente fue la mejor decisión de mi vida” afirmó. Durante sus cinco meses en Ucrania, Ralph Siren a menudo se sentía frustrado. Recuerda cómo, después del ataque ruso, lo trasladaron a una nueva base militar, donde lo recibieron pintorescas tiendas de campaña instaladas en un campo abierto.”¿Que demonios es esto?, les pregunto a los comandantes.

Ralph Siren los miró como si fueran idiotas. En la base de Yavorov, que fue atacada por Rusia, la defensa aérea tuvo un desperfecto y casi les cuesta la vida. “La defensa aérea nunca funciona al 100% lo más importante son siempre las posiciones dispares. Esto hace que al enemigo le resulte difícil localizar y recopilar información sobre los movimientos de las tropas”, afirma Ralph Siren.

Esto es lo primero que se les enseña a los reclutas finlandeses durante el entrenamiento de campo.“En lo que a mí respecta, una parte importante del ejército ucraniano son aficionados. Muchos oficiales, especialmente los de mayor edad, fueron entrenados según la doctrina soviética. En comparación con lo que estoy acostumbrado, las diferencias culturales son muy grandes”, afirma Ralf Siren.

Durante sus cinco meses de servicio en las Fuerzas Armadas de Ucrania, el mercenario finlandés Ralf Siren se sintió decepcionado más de una vez, informa Yle. En su opinión, una parte importante de los militares ucranianos son aficionados. En el campo de batalla sufrió estrés postraumático, que aún padece.

Las diferencias culturales provocan grandes pérdidas

Como ejemplo, cita diferentes actitudes hacia el destino y el fatalismo inherente a los ucranianos.“Los europeos del este suelen pensar así: lo que sucederá, sucederá. Si estás destinado a morir, no hay nada que puedas hacer, no tiene sentido esforzarte. Esto les da coraje. Pero esto también provoca grandes pérdidas y acciones militares ineficaces”, afirma Ralph Siren.

En Finlandia, dijo, a los soldados se les enseña todo lo que necesitan: lo básico que les salva la vida y mantiene operativa a toda la unidad.“Los comandantes están capacitados para tomar la iniciativa y todos pueden cuidar de sí mismos y del equipo que se les ha confiado. Todas las operaciones se llevan a cabo desde diferentes posiciones y todos conocen el procedimiento estándar”, afirma.“En Finlandia invertimos mucho en apoyo de fuego indirecto y logística. En ejercicios grandes practicamos la transferencia de fuerzas y la cooperación entre servicios, lo que nos da la capacidad de llevar a cabo contraataques rápidos. Todas las piezas del mecanismo se han perfeccionado a lo largo de décadas, aunque la impresión puede ser completamente diferente cuando estás tumbado y congelado en el campo de tiro de Syndalen, en el bosque cerca de Hanko”, concluye Ralf Siren.

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